Cultura, metaverso y escenarios inmersivos
Carmen Gloria Larenas Directora general Teatro Municipal de Santiago
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Carmen Gloria Larenas
El mundo cultural, y las expresiones artísticas en general que lo conforman, ha sorteado otras crisis y pestes a lo largo de la historia. La ópera, en específico, tan afectada en esta pandemia, es un género de larga data y es evidente que se adaptará a la nueva realidad que, en este retorno, comienza a construirse.
A la intensa experiencia digital vivida en pandemia, que delineó inevitablemente un nuevo panorama de acceso y derechos para los públicos, ya han asomado concretamente datos de este retorno post Covid: nuevo comportamiento y composición de los públicos; un vuelco al territorio de las organizaciones y los proyectos; así como la consideración de la huella de carbono en éstos. Respecto de este último tema, que toma cada día más vuelo, en el Reino Unido ya se ha definido el "Libro Verde de los Teatros", donde se establece que los tres ejes de acción son producciones más sustentables (reciclaje y reutilización), edificios (teatros) más sustentables y una operación con estas misma carácterísticas.
Por otra parte, y producto de la aceleración digital, emergen con fuerza las propuestas inmersivas y, la nueva guinda de la torta, el mundo metaverso, ese universo paralelo y completamente digital que grandes corporaciones como Facebook o Microsoft se están volcando a desarrollar. El Bank of America incluyó el metaverso entre las 14 tecnologías que van a revolucionar la vida, tal como sucedió en el pasado más reciente con las redes sociales. Y, por tanto, la pregunta vigente que se suma a la de la sustentabilidad, es ¿cómo miraremos esta opción desde el mundo de las artes?
De momento, sabemos que el metaverso cambiará el consumo cultural, los lenguajes artísticos y la relación de las personas con los contenidos. Ya existe consenso en que generará una economía robusta que abarcará desde el trabajo al ocio, que transformará las industrias y los mercados, abriendo nuevas experiencias y horizontes, llevando a un nuevo escalón la actual oferta de servicios.
También afectará las relaciones internacionales entre países. En materia de diplomacia virtual, por ejemplo, hicieron intentos sin resultados contundentes por falta de tecnología en su momento, Maldivas, Suecia, Malta y Filipinas. Barbados, sin embargo, tomó la posta recientemente y ha sido el primer país en abrir una embajada en el metaverso. Considerando el total de las experiencias, las proyecciones generales afirman que en 2030 pasaremos más tiempo en este nuevo mundo que en la "vida real".
Grupos artísticos ya han experimentado, de forma tímida por ahora, con los conceptos inmersivos que aún no son masivos en el mundo de las artes, pero que transitan con un paso seguro a convertirse en una nueva alternativa para los públicos. La reflexión está abierta: ¿Cómo incorporarán las artes esa otra realidad que, sin duda, nuevamente facilitará que las personas accedan a distancia, pero poniendo en jaque los atributos de la experiencia presencial?